La noche de San Juan es una festividad de origen muy antiguo que suele relacionarse a encender hogueras o fuegos, ligada con las celebraciones en la que se festejaba la llegada del solsticio de verano en el hemisferio norte, cuyo rito principal consiste en encender una hoguera. La finalidad de este rito era "dar más fuerza al sol", que a partir de esos días, iba haciéndose más "débil" (los días se van haciendo más cortos hasta el solsticio de invierno). Simbólicamente el fuego también tiene una función "purificadora" en las personas que lo contemplaban. Se celebra en muchos puntos de Europa, aunque está especialmente arraigada en España, Portugal, Noruega, Dinamarca, Suecia, Finlandia y Reino Unido. La noche de San Juan está relacionada con antiquísimas tradiciones y leyendas españolas como la Leyenda de la Encantada.
En muchos lugares no cabe duda que las celebraciones actuales tienen una conexión directa con las celebraciones de la antigüedad ligadas al solsticio de verano, influídas por ritos pre-cristianos o simplemente vinculados entre las celebraciones del solsticio de verano (en el hemisferio norte) que tiene lugar el 20-21 de junio y las celebraciones del día de San Juan (el 24 de Junio) varían en función de las fechas, la discontinuidad en la celebración, las tradiciones y costumbres, etc. Pese a ello, se observan elementos comunes como es la realización de hogueras en las calles y plazas de las poblaciones donde se reúnen familiares y amigos.
La vinculación de los ritos ligados al solsticio de verano con otra celebración popular y bastante extendida del mes de Junio, las "verbenas de San Pedro" (el 29 de Junio), resulta aun menos clara.
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