jueves, 19 de abril de 2012

La queimada

La queimada es una bebida alcohólica de tradición gallega y propia de su gastronomía.
Se le atribuyen facultades curativas y se afirma que tomada después de la pronunciación del conjuro (el cual podremos leer a continuación), funciona como protección contra maleficios además de mantener a los espíritus y demás seres malvados alejados del que la ha bebido.

Tradición:
Todo el ritual de preparación está dirigido a alejar los malos espíritus y a las meigas (es decir, maga) que, según la tradición, acechan a los hombres y mujeres para intentar maldecirles.
Se puede realizar la queimada en cualquier ocasión; una fiesta, reuniones familiares o de amigos. Tras la cena, en la oscuridad de la noche, los comensales se reúnen alrededor de la queimada, para animar los corazones y estrechar los lazos de amistad. Uno de ellos se encargará de dar el toque final levantando con un cucharón el líquido en llamas y dejándolo caer poco a poco en el recipiente mientras pronuncia el conjuro, lo que crea un ambiente especial.


Preparación:
En un recipiente de barro cocido se vierte el aguardiente y el azúcar en la proporción de unos 120 gramos de ésta por litro de aguardiente, ralladura de limón y algunos granos de café. Se remueve.
En un recipiente más pequeño se coge aparte una pequeña cantidad de queimada, sin limón ni café, se mojan los bordes del cucharón con la bebida y se le prende fuego. Cuando esté ardiendo se mete el cucharón en el recipiente grande hasta que el fuego se extienda por toda la superficie. A continuación se revuelve lentamente dejando que suban las llamas de alcohol y creando cascadas con ellas.
A continuación, se pone en el cucharón solo azúcar y se coloca sobre la queimada hasta que este se derrite convirtiéndose en caramelo, que se vierte sobre las llamas y se remueve.
Se revuelve hasta que consumido el acohol la queimada se apague por sí sola, o sólo queden los bordes ardiendo, que no se apagarán.
Cuando empieza a apagarse, pero mientras le aguardiente aún arde, se recita el conjuro.
La queimada se sirve caliente cuando se haya apagado casi por completo, incluyendo también los granos de café, cáscara de limón, trozos de manzana y naranja, y se bebe. En ocasiones hay que soplar para apagar alguna de las llamas que llegan al vaso, para no quemarse.


Conjuro:

Búhos, lechuzas, sapos y brujas;
Demonios, duendes y diablos;
espíritus de las vegas llenas de niebla,
cuervos, salamandras y hechiceras;
rabo erguido de gato negro
y todos los hechizos de las curanderas...
Podridos leños agujereados,
hogar de gusanos y alimañas,
fuego de la Santa Compaña,
mal de ojo, negros maleficios;
hedor de los muertos, truenos y rayos;
hocico de sátiro y pata de conejo;
ladrar de zorro, rabo de marta,
aullido de perro, pregonero de la muerte...
Pecadora lengua de mala mujer
casada con un hombre viejo;
Averno de Satán y Belcebú,
fuego de cadáveres ardientes,
fuegos fatuos de la noche de San Silvestre,
cuerpos mutilados de los indecentes,
y pedos de los infernales culos...
Rugir del mar embravecido,
presagio de naufragios,
vientre estéril de mujer soltera,
maullar de gatos en busca gatas en celo,
melena sucia de cabra mal parida
y cuernos retorcidos de castrón...
Con este cazo
elevaré las llamas de este fuego
similar al del Infierno
y las brujas quedarán purificadas
de todas sus maldades.
Algunas huirán
a caballo de sus escobas
para irse a sumergir
en el mar de Finisterre.
¡Escuchad! ¡Escuchad estos rugidos...!
Son las brujas que se están purificando
en estas llamas espirituales...
Y cuando este delicioso brebaje
baje por nuestras gargantas,
también todos nosotros quedaremos libres
de los males de nuestra alma
y de todo maleficio.
¡Fuerzas del aire, tierra, mar y fuego!
a vosotros hago esta llamada:
si es verdad que tenéis más poder
que los humanos,
limpiad de maldades nuestra tierra
y hacer que aquí y ahora
los espíritus de los amigos ausentes
compartan con nosotros esta queimada.

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